Me tomo en sus brazos, y sigilosamente salió por la puesta trasera de mi casa.
- -¿Iremos a pie? Bueno… a donde sea que me lleves.
- -Sí, pero podemos ir en mi coche…
- -No. Iremos a pie, pero, ¿adonde vamos?
- -Recuerda que este es un secuestro así que no puedes saber hacia donde te llevo.
- -Empezó el juego. Dije entre risillas.
- -Desde que entraste a tu habitación.
- -Ok, si quieres puedes esposarme…
- -No hay necesidad de hacerlo. Dijo con una sonrisa picara.
-
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